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¿Qué es un DAI y cuándo se indica en personas con cardiopatía congénita?

Vivir con una cardiopatía congénita significa convivir con un corazón que funciona de una manera un poco diferente a lo habitual. A veces, esta particularidad, puede aumentar el riesgo de arritmias, que son como «cortocircuitos» en el ritmo normal del corazón y que, en algunos casos puede ser peligrosas.
Por suerte, la medicina ha avanzado mucho y hoy en día existen tratamientos muy eficaces que ayudan a prevenir complicaciones graves, como la muerte súbita cardíaca. Uno de ellos es el desfibrilador automático implantable, más conocido como DAI.
¿Qué es un DAI?
El DAI es un pequeño dispositivo, más o menos del tamaño de una caja de cerillas, que se coloca bajo la piel, habitualmente en la parte superior del pecho, debajo de la clavícula. Está conectado al corazón a través de unos cables muy finos y flexibles, llamados electrodos, que vigilan constantemente la actividad eléctrica de nuestro músculo cardíaco, analizando su ritmo en cada latido.
Si en algún momento el DAI detecta una arritmia peligrosa, es decir, un ritmo cardíaco diferente y que no permite que el corazón bombee la sangre de forma efectiva, reacciona automáticamente. Envía una descarga eléctrica interna, como un «reseteo», que detiene esa arritmia y permite que el corazón vuelva a latir a su ritmo normal. Es como si le diera un pequeño «empujón» para que recupere su buen funcionamiento.

¿Por qué puede ser necesario un DAI en una cardiopatía congénita?
En algunas personas con cardiopatías congénitas, el corazón puede tener una mayor tendencia a desarrollar estas arritmias graves. Esto puede ocurrir por varias razones, a menudo relacionadas con las particularidades de su corazón:
- Cirugías cardíacas previas: si se ha necesitado operar el corazón, especialmente si la cirugía ha afectado a una parte importante llamada ventrículo (una de las cavidades principales del corazón que bombea la sangre al cuerpo), pueden quedar pequeñas alteraciones en el tejido que favorezcan la aparición de arritmias.
- Cicatrices en el músculo cardíaco (miocardio): con el paso del tiempo, y debido a la propia evolución de la cardiopatía, pueden formarse pequeñas cicatrices en el músculo del corazón. Estas cicatrices pueden interferir con la forma en que se transmite la electricidad en el corazón, creando «caminos» anormales que pueden desencadenar arritmias.
- Dilatación de las cavidades del corazón o disfunción ventricular: si alguna de las cámaras del corazón se ha dilatado (se ha hecho más grande de lo normal) o si el ventrículo no bombea la sangre con la fuerza suficiente (denominado disfunción ventricular), esto puede alterar la actividad eléctrica normal y aumentar el riesgo de arritmias.
- Presión o sobrecarga de volumen mantenidas en el tiempo: cuando el corazón tiene que trabajar con una presión más alta de lo normal o tiene que bombear un volumen excesivo de sangre durante mucho tiempo, esto puede generar estrés en sus células y favorecer la aparición de arritmias.
- «Reentradas eléctricas» por alteraciones en la conducción: imagina que la electricidad del corazón sigue unos caminos específicos. Si hay alguna alteración en estos «caminos», la señal eléctrica puede dar vueltas de forma anormal, creando un círculo vicioso que provoca una arritmia. A esto se le llama «reentrada eléctrica».
Estas arritmias pueden provocar pérdida de conciencia, desmayos, inestabilidad hemodinámica o incluso paro cardíaco. Por eso, en algunas situaciones, el cardiólogo o la cardióloga especialista en cardiopatías congénitas puede recomendar la implantación de un DAI como medida de prevención, si los análisis y estudios indican que el riesgo es elevado.

¿Cuándo se considera necesario un DAI en personas con cardiopatía congénita?
La decisión de implantar un DAI se basa en una evaluación exhaustiva de cada caso. Sin embargo, hay algunas situaciones en las que puede estar especialmente indicado:
- Historia previa de fibrilación ventricular o taquicardia ventricular sostenida: si ya ha habido episodios de estas arritmias graves, el DAI se considera fundamental para prevenir futuros eventos.
- Disfunción ventricular severa: cuando la capacidad del ventrículo para bombear sangre es muy baja, el riesgo de arritmias peligrosas aumenta significativamente.
- Algunas formas de miocardiopatías asociadas a la cardiopatía congénita: algunas anomalías del músculo cardíaco vinculadas con la cardiopatía congénita también aumentan el riesgo de arritmias.
- Síntomas inexplicables como síncopes: si hay desmayos repetidos sin una causa clara, podría sospecharse un origen arrítmico, y el DAI podría ser una opción para prevenir eventos más graves.
Es importante indicar que no todas las personas con cardiopatía congénita necesitan un DAI. La decisión la toma el equipo médico, valorando el tipo específico de cardiopatía, la función del corazón, los resultados de pruebas como el electrocardiograma y el Holter, y otros factores de riesgo.
¿Cómo se coloca el DAI?
La implantación del DAI es una intervención mínimamente invasiva. El especialista médico introduce un electrodo (o varios) a través de una vena, generalmente en la zona del hombro, hasta llegar al corazón. Se guía mediante rayos X para asegurar su correcta colocación. El generador del DAI, que contiene la batería y el circuito electrónico, se implanta debajo de la piel, creando un pequeño «bolsillo», habitualmente también debajo de la clavícula. El procedimiento se realiza con anestesia local y suele ser bastante rápido.
Como cualquier dispositivo médico implantable, el DAI puede tener algunos efectos secundarios, aunque la mayoría de las personas los toleran bien:
- Descargas dolorosas: la función principal del DAI es administrar descargas eléctricas para detener arritmias peligrosas. Si el dispositivo detecta una de estas arritmias, la descarga puede ser molesta o incluso dolorosa. Sin embargo, esta descarga es una señal de que el DAI está funcionando para proteger el corazón.
- Choques innecesarios: en raras ocasiones, el DAI puede interpretar erróneamente un ritmo cardíaco normal o una arritmia no peligrosa como una arritmia grave y administrar una descarga innecesaria. Por eso, es fundamental seguir las revisiones periódicas con el equipo médico, quienes pueden ajustar la sensibilidad del dispositivo para minimizar este riesgo.
- Complicaciones locales: como con cualquier procedimiento quirúrgico, existe un pequeño riesgo de infección en la zona de la incisión o de problemas con el electrodo, aunque estas complicaciones son poco frecuentes.

Vivir con un DAI
La gran mayoría de las personas que tienen un DAI pueden llevar una vida normal y activa, aunque es importante tener algunas precauciones:
- Evitar zonas con campos magnéticos fuertes: algunos entornos con campos magnéticos intensos, como los arcos detectores de metales de alta potencia, imanes muy potentes o las resonancias magnéticas (RM) sin una autorización y protocolo específico, podrían interferir con el funcionamiento del DAI. Es importante informar siempre que se lleva un DAI antes de someterse a cualquier prueba o tratamiento médico.
- Llevar siempre una tarjeta identificativa de portador de DAI porque informa a los profesionales sanitarios, en caso de emergencia, lo cual es importante para una atención adecuada.
- Seguir revisiones médicas regulares para controlar el estado de la batería del DAI, verificar su correcto funcionamiento y realizar ajustes si es necesario.
Muchas personas con cardiopatía congénita viven con un DAI y disfrutan de sus vidas plenamente. Estudian, trabajan, hacen deporte (siguiendo las indicaciones de sus médicos) y participan en las actividades cotidianas como cualquier otra persona. El DAI les ofrece seguridad y tranquilidad, permitiéndoles vivir con menos temor a complicaciones graves.
Fuentes del artículo:
- Sociedad Española de Cardiología Pediátrica y Cardiopatías Congénitas (SECPCC).
- Sociedad Española de Cardiología (SEC).
- European Society of Cardiology (ESC).
- American Heart Association (AHA) y American College of Cardiology (ACC).
- Portada: imagen de freepik

Sobre el Autor: Asociación Corazón y Vida
Corazón y Vida es una asociación sin ánimo de lucro que trabaja por mejorar las situación de las personas con cardiopatías congénitas.
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