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Cirugía de Glenn en cardiopatías congénitas
Nacer con una cardiopatía congénita implica en muchas ocasiones someterse a varios procedimientos médicos para abordar y corregir la anomalía cardíaca en cuestión. Uno de estos procedimientos es la cirugía de Glenn, una intervención que ayuda a mejorar el flujo de sangre hacia los pulmones, algo que es clave para problemas complejos como el síndrome de corazón izquierdo hipoplásico, la atresia tricúspide o una doble salida del ventrículo derecho.
Estas anomalías hacen que el corazón no pueda bombear la sangre de manera normal. En un órgano sano, el ventrículo derecho envía sangre a los pulmones para oxigenarla, mientras que el izquierdo se encarga de bombear la sangre ya oxigenada al resto del cuerpo. Sin embargo, en personas que nacen con alguna de estas cardiopatías congénitas, uno de los ventrículos es demasiado pequeño o defectuoso, por lo que el otro se ve obligado a hacer todo el trabajo, un sobreesfuerzo que no es posible mantener durante mucho tiempo.
¿En qué consiste la cirugía de Glenn?
La cirugía de Glenn, técnicamente conocida como «anastomosis de Glenn», es una operación en la que se crea una conexión entre la vena cava superior (la vena que trae sangre desde la parte superior del cuerpo) y la arteria pulmonar. ¿Por qué se hace esto? Como hemos indicado, algunos defectos cardíacos congénitos impiden que el corazón bombee correctamente la sangre hacia los pulmones para que se oxigene. El procedimiento de Glenn facilita que la sangre llegue directamente a los pulmones, donde recoge oxígeno y permite que el cuerpo tenga mejor color y más energía.
Esto hace que la sangre pobre en oxígeno fluya directamente a los pulmones sin pasar primero por el corazón. Es un paso importante en el tratamiento de algunos problemas cardíacos complejos, como el síndrome del corazón izquierdo hipoplásico o la atresia tricuspídea, donde una parte del corazón no se desarrolló por completo o no funciona como debería.
En la siguiente imagen de KidsHealth, se indica con detalle como es esta intervención cardíaca:
¿Cómo ayuda la cirugía de Glenn en el tratamiento de las cardiopatías congénitas?
El objetivo de esta operación cardíaca es reducir la carga de trabajo que tiene el corazón y mejorar el suministro de oxígeno en el cuerpo. En personas con ciertas cardiopatías congénitas, el flujo de sangre al pulmón está limitado, lo que reduce la oxigenación y provoca cansancio, dificultad para respirar, y cianosis (coloración azulada de la piel). La operación de Glenn ayuda a aliviar estos síntomas y se suele realizar como una segunda fase de cirugía, después de un primer procedimiento como el de Shunt de Blalock-Taussig.
Esta intervención suele realizarse en bebés, de entre 4 y 6 meses, y ayuda a que puedan llevar una vida más activa y con mayor calidad. Tras la operación, es normal que el niño o niña necesite unos días en la unidad de cuidados intensivos y un tiempo de recuperación, pero los síntomas de baja oxigenación suelen mejorar.
Es importante recordar que esta cirugía no cura la cardiopatía congénita, sino que es un paso previo de futras intervenciones futuras. No obstante, se trata de una intervención fundamental y que marca una mejora significativa en la calidad de vida del bebé.
Para muchas familias, la cirugía de Glenn representa un paso decisivo en el camino hacia una mejor calidad de vida para sus hijos o hijas. Aunque no es una solución definitiva, esta intervención alivia significativamente los síntomas y permite que los bebés afectados puedan desarrollarse con menos limitaciones.
Fuentes del artículo:
Sobre el Autor: Asociación Corazón y Vida
Corazón y Vida es una asociación sin ánimo de lucro que trabaja por mejorar las situación de las personas con cardiopatías congénitas.
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